viernes, 23 de noviembre de 2018

NO TENER VOZ NO SIGNIFICA NO PODER HABLAR

Hace poco encontré un artículo, subido a Internet el 16 de abril del año pasado. No se si todos los sabéis pero este día se celebra el Día Mundial de la Voz y es por esto que creo que no fue casualidad que esa mañana me encontrase con esta noticia tan emotiva.
 ''Hoy es el 16 de abril del 2018. Durante las siguientes 24 horas se conmemorará el Día Mundial de la Voz. No es muy sabido que el 5% de la población mundial es muda y no se habla mucho sobre los problemas que han de afrontar en su día a días. Por ello nos gustaría mostraros la hermosa historia de Lilia, una chica muda que no podía comunicarse bien con su vecino, quien no sabía hablar lenguaje de signos y de cómo logró que el hombre cambiase su vida mediante dibujos. 
Antes de comenzar con la narración de este suceso me gustaría anñadir que el siguiente relato lo hemos recibido a través de Pablo, un hombre que tiene mucho que ver con lo que estáis a punto de leer.

La historia comenzó cuando Lilia aún era muy pequeña y salía a jugar al parque con sus padres y su mascota. Todos los fin de semana salían al parque y todos los días al volver se encontraban con su vecino Pablo, quien siempre estaba fumando cigarrillos con tabaco fuera de su casa ya que a su mujer le molestaba el humo que expulsaba por cada calada que daba. Como ya he dicho al principio, Lilia aún era muy pequeña; sin embargo, fue creciendo y aunque ya no iba al parque pasaba todos los días enfrente de la casa de su vecino para ir al colegio y más tarde para ir al instituto. El tiempo pasaba pero Pablo seguía fumando en la entrada de su casa un par de cigarrillos al día. Su mujer no cesaba de avisarle de que su mal hábito no tardaría mucho en hacerle efecto y lo cierto es que su esposa tenía razón ya que, con el pasar de los días, Pablo había notada que le daban fuertes ataque de tos. Debido a que algunos ataques eran tan fuertes solía temer no poder pararlos y ahogarse enfrente de su propia casa. 
En una ocasión Lilia vio cómo Pablo sufría uno de estos ataques y sin pensárselo dos veces corrió a su casa en busca de un vaso de agua y ayudó a su vecino a recomponerse. El hombre le dio las gracias y Lilia hizo un par de gestos con sus manos intentando decirle que no había por qué darlas. Sin embargo, su vecino no entendía lenguaje de signos y le explicó que no había entendido lo que le acababa de decir. Lilia solo sonrió y se fue. 
La chica se dio cuenta de que los ataques de tos cada vez eran más frecuentes y también se percató de que su mujer cada vez estaba más preocupada por su esposo. Por ello, se dispuso a buscar una solución para la situación que su vecino pudiese comprender sin necesidad de que este entendiese el lenguaje de signos. 
Los primeros días pegaba el mismo dibujo en la puerta de su casa, el cual era el siguiente: 
Esta imagen llevaba siempre en el pie de página la firma de Lilia. 
Pablo veía todos los días la misma imagen pegada en la puerta de su casa, mas no le daba importancia y seguía fumando, sin siquiera preocuparse por su propia salid. 
Mas Lilia se encontraba decidida a ayudar a su vecino. Por lo que eligió cambiar la táctica y en vez de dibujar una señal que indicase que debía dejar de fumar, dibujó una que implicase que la familia de su vecino también se implicase en el proceso de mejora de la salud del hombre. La imagen de la que hablo es esta: 

El día en que el hombre vio una imagen completamente diferente de la que solía encontrar pegada se sorprendió. Esta otra tenía en su pie de página no solo la firma de Lilia, sino además una oración que decía: ''Deporte con familia''.
El hombre tampoco prestó atención a la imagen mas su esposa pensó que no era una mala idea que su marido, sus hijos y ella saliesen de viaje a algún sitio en el que pudiesen realizar actividades juntos fuera de la gran ciudad. De este modo salieron durante varios días a una zona rural en la que disfrutaron tiempo de calidad los unos de los otros. Durante este viaje el hombre apenas fumó y de esta forma logró ver que no necesitaba los cigarrillos y de esta forma comenzó a dejar de fumar poco a poco. Sus ataques de tos permanecieron pues sus pulmones ya se encontraban demasiado dañados, pero, al menos, ya no eran tan frecuentes como antes. Lilia, se percató de los cambios positivos que su vecino había llevado a cabo y volvió a colocar otro dibujo en su puerta. Esta vez se trataba del último. 


Este último dibujo traía su firma (como de costumbre), pero con dos palabras más que le hicieron darse cuenta al hombre de lo importante que había sido los consejos y la persistencia de Lilia para él en los últimos meses. Esas dos palabras fueron: ''Bien hecho''. 
Pablo, quien además de hacernos llegar esta hermosa noticia, nos contó que cuando vio este dibujo se emocionó y salió disparado a darle las gracias a Lilia y a su familia. Menciona además que sin ella, quizás estaría muerto. 
Esta historia nos deja una bonita moraleja: ''No tener voz no significa no poder hablar ni ayudar a los demás.''
Ciertamente esta historia me llegó a tocar la fibra sensible y a lo largo del artículo no podía evitar imaginarme cómo se pudo sentir Pablo al darse cuenta de lo mucho que había afectado a su vida una chica muda con la cual hasta hacía poco tiempo no había tenido contacto. 
Si os ha gustado esa historia no os olvidéis comentar y decir qué pensáis sobre el asunto.

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